Lo que la Ley Karin dice sobre la protección de los denunciantes
Uno de los mayores temores de quienes deciden levantar una denuncia por acoso laboral, acoso sexual o violencia en el trabajo es que, al hacerlo, puedan ser objeto de represalias por parte de su empleador o de la jefatura involucrada.
Frente a esto, la Ley Karin (Ley 21.643) es clara: las represalias están expresamente prohibidas y pueden ser sancionadas.
Este artículo responde a una duda frecuente:
¿Me pueden despedir si tengo una denuncia en curso?
La respuesta es clara en términos legales, pero también requiere una mirada práctica sobre cómo protegerse y cómo actuar.
La Ley 21.643 establece que ninguna persona puede ser despedida, sancionada, trasladada o discriminada por haber presentado una denuncia de acoso o violencia en el trabajo.
Tampoco puede sufrir represalias si:
Estas garantías protegen tanto a la persona denunciante como a quienes colaboran en la búsqueda de la verdad.
Si una persona es despedida mientras tiene una denuncia activa —o poco tiempo después de presentarla o declarar—, ese despido puede ser considerado nulo o constitutivo de una vulneración de derechos fundamentales.
En ese caso, el trabajador puede:
El empleador deberá probar que el despido no tiene relación alguna con la denuncia, lo que en muchos casos resulta difícil si no hay respaldo suficiente.
Además de la prohibición de represalias, la Ley Karin exige que la empresa implemente medidas de resguardo inmediatas para proteger a la persona denunciante. Estas pueden incluir:
Estas medidas no deben ser percibidas como castigo, sino como herramientas de protección, confidencialidad y cuidado.
Aunque el despido es la forma más evidente, existen otras formas de represalia más sutiles que también deben ser observadas:
Si experimentas alguna de estas situaciones después de denunciar, es importante dejar constancia por escrito y buscar orientación legal o sindical.
Incluso si la investigación concluye sin sanciones o sin comprobar el acoso, el empleador no puede despedir como represalia por haber denunciado.
La ley protege el derecho a denunciar de buena fe, independiente del resultado de la investigación. La clave está en demostrar que el despido guarda relación temporal o causal con la denuncia.
Aquí algunas recomendaciones prácticas:
Reflexión final: denunciar es un derecho, no una causa de despido
La Ley Karin vino a equilibrar la balanza: ya no basta con decir que se protege a las personas, ahora la ley obliga a garantizar su derecho a vivir y trabajar sin miedo.
Denunciar una situación de acoso o violencia no te hace conflictivo/a. Te hace valiente, consciente y comprometido/a con un mejor entorno de trabajo.
En ILIA Consultores, acompañamos a empresas y personas a implementar la ley sin temor y con sentido, generando ambientes laborales sanos, preventivos y respetuosos.