
La implementación de la Ley Karin dentro de las organizaciones exige mucho más que cumplir formalmente con un protocolo. Esta normativa, que regula el acoso laboral, el acoso sexual y la violencia en el trabajo, demanda un enfoque integral que abarque prevención, actuación y seguimiento. Por ello, contar con asesores Ley Karin se ha vuelto una necesidad clave para aquellas organizaciones que buscan cumplir adecuadamente la normativa y, sobre todo, fortalecer su cultura interna.
Desde nuestra práctica, trabajamos hace más de 12 años en la prevención del acoso laboral y sexual, la violencia y cualquier incivismo dentro de las organizaciones. Nuestro enfoque apunta a fortalecer a las organizaciones en base a un modelo de resiliencia, y esto incluye acompañarlas en la implementación coherente, práctica y humana de la Ley Karin.
Una asesoría efectiva debe ir mucho más allá de entregar documentos tipo o cumplir con requisitos mínimos. El acompañamiento debe ser funcional, contextualizado y alineado con la realidad de cada organización. A continuación, se detallan los componentes fundamentales que deberían incluir los asesores especializados:
Todo proceso debería comenzar con una revisión del estado actual de la organización: si cuenta con protocolo, cómo está formulado, qué nivel de conocimiento tiene el personal y si el Reglamento Interno está actualizado conforme a la Ley Karin. Esto permite detectar brechas y definir prioridades.
El asesor debe colaborar en la creación o actualización del protocolo de prevención, investigación y sanción de acoso laboral, acoso sexual y violencia. Este documento debe ser claro, aplicable, alineado con la normativa y adaptado al tamaño y estructura organizacional.
Un punto central de la ley es contar con un canal de denuncias interno, que sea accesible, confidencial, trazable y funcional. El rol del asesor aquí es fundamental para definir los medios adecuados, los responsables, los procesos internos y las medidas de protección posteriores.
El asesor debe proporcionar formación específica para distintos niveles de la organización: líderes, personal administrativo, comités paritarios y trabajadores en general. Esta capacitación debe abordar desde conceptos básicos de convivencia hasta herramientas para actuar correctamente ante una denuncia.
Cuando surge una denuncia, el asesor puede cumplir un rol de guía, ayudando a asegurar el debido proceso, evitando errores comunes y resguardando tanto a las personas involucradas como a la organización.
Una buena asesoría no termina con la entrega del protocolo. El seguimiento, la evaluación de resultados y los ajustes periódicos son fundamentales para mantener una política activa y real de prevención.
Contar con asesoría especializada en Ley Karin ya no es una opción para las organizaciones, es una necesidad. Sin embargo, más importante que tener un asesor es contar con uno que entienda la complejidad del entorno laboral, que trabaje desde la prevención y que ayude a construir confianza interna. Una asesoría efectiva no se mide solo por el cumplimiento normativo, sino por su impacto en la cultura, la convivencia y la salud organizacional. Y cuando esto ocurre, el cumplimiento de la Ley Karin no solo es posible, sino sostenible.