El Canal de denuncia debe integrarse a una estrategia global de convivencia organizacional y gestión preventiva del conflicto.

Canal de denuncias Ley Karin: Elemento clave en la gestión interna de prevención

La Ley Karin no solo exige la existencia de protocolos y medidas preventivas, sino también la implementación efectiva de un canal de denuncias dentro de cada organización. Este canal debe permitir a los trabajadores reportar situaciones de acoso laboral, acoso sexual o violencia laboral de manera segura, confidencial y con garantía de seguimiento.

En nuestra experiencia, trabajamos hace más de 12 años en la prevención del acoso laboral y sexual, de la violencia y de cualquier incivismo dentro de las organizaciones. Nuestro enfoque apunta a fortalecer a las organizaciones en base a un modelo de resiliencia, por lo que comprendemos a profundidad la importancia de estos canales como herramienta concreta de prevención y contención.

¿Qué exige la Ley Karin sobre el canal de denuncias?

La normativa establece que todas las empresas deben contar con un canal formal que permita recibir denuncias relacionadas con acoso o violencia laboral. Este canal debe estar alineado con los principios establecidos en la ley:

  • Confidencialidad de la información.
  • Accesibilidad para todos los trabajadores.
  • Formalidad en la recepción y seguimiento de las denuncias.
  • Resguardo de la dignidad y la salud mental de las personas involucradas.
  • Comunicación institucional clara sobre su existencia y funcionamiento.

El canal debe ser parte integral del protocolo que exige la Ley Karin, y su existencia debe ser informada al personal de forma semestral.

Características que debe cumplir un canal de denuncias efectivo

Implementar un canal de denuncias no se trata únicamente de habilitar un buzón o una dirección de correo electrónico. Debe ser una herramienta estructurada, con procesos definidos y responsabilidades claras. Estas son las principales características que recomendamos integrar:

1. Acceso simple y seguro

El canal debe ser fácil de usar y estar disponible para todos los trabajadores, sin importar su nivel jerárquico o ubicación. Puede ser físico, digital o híbrido, pero siempre debe resguardar la confidencialidad y evitar la exposición de quien denuncia.

2. Claridad en el procedimiento

Deben establecerse etapas formales: recepción, análisis preliminar, investigación interna y resolución. Cada fase debe tener plazos definidos y responsables identificados.

3. Confidencialidad garantizada

Uno de los principales obstáculos para denunciar es el miedo a represalias. Por eso, el canal debe asegurar anonimato si así se solicita y protocolos claros de protección al denunciante durante y después del proceso.

4. Registro y trazabilidad

Todo canal debe contar con un sistema de seguimiento. Ya sea mediante códigos de seguimiento internos o reportes periódicos, se debe garantizar trazabilidad del caso y documentación clara.

5. Comunicación institucional

El canal no sirve si los trabajadores no lo conocen o no confían en él. Es indispensable que la organización comunique su existencia, explique cómo funciona y refuerce la cultura de respeto, escucha y protección.

Retos comunes al implementar el canal

En organizaciones donde hemos acompañado procesos de adecuación a la Ley Karin, hemos detectado algunos errores frecuentes:

  • Canales inexistentes o simbólicos: habilitados solo para cumplir, sin procesos asociados.
  • Responsables sin capacitación: quienes reciben denuncias no siempre están preparados para contener o derivar adecuadamente.
  • Falta de seguimiento: se recibe la denuncia pero no se actualiza al denunciante sobre los avances.
  • Ausencia de protección posterior: no hay medidas para evitar represalias luego de una denuncia.

Todos estos elementos no solo incumplen con la ley, sino que también minan la confianza de los trabajadores en la gestión interna.

Cómo fortalecer el canal de denuncias desde un enfoque resiliente

Durante nuestros más de 12 años de trabajo, hemos comprobado que los canales de denuncia cumplen su función cuando forman parte de una cultura organizacional que promueve el respeto, la conversación y la prevención.

Recomendamos que el canal esté respaldado por acciones concretas:

  • Capacitación periódica para todos los equipos.
  • Protocolos claros, actualizados y conocidos por todos.
  • Espacios de escucha que no requieran llegar al nivel de denuncia para intervenir.
  • Supervisión externa o auditoría periódica para evaluar su efectividad.

El canal no puede ser una isla. Debe integrarse a una estrategia global de convivencia organizacional y gestión preventiva del conflicto.

El canal de denuncias exigido por la Ley Karin es mucho más que una formalidad legal. Es una herramienta concreta para promover entornos laborales seguros, prevenir el daño psicológico y fortalecer la confianza interna. Las organizaciones que entienden esto no solo evitan sanciones, sino que se posicionan como espacios laborales sanos y sostenibles. Desde nuestra experiencia, sabemos que invertir en un canal de denuncias efectivo y bien gestionado es una de las decisiones más estratégicas que una empresa puede tomar para cuidar a sus trabajadores y preservar su reputación.