Apoyo emocional leykarin

¿Qué tipo de apoyo emocional puede ofrecer la empresa a una persona que denuncia?

Cuidar a quien se atreve a hablar: un compromiso organizacional con la salud emocional

Cuando una persona decide denunciar una situación de acoso o violencia en el trabajo, lo hace muchas veces después de un largo proceso interno, de miedo, dudas, desgaste emocional y angustia. No se trata de un acto menor ni sencillo. Es por eso que la Ley Karin (Ley N.º 21.643) no solo establece procedimientos legales, sino que también llama a las organizaciones a hacerse cargo del componente humano y emocional que involucra este tipo de situaciones.

El foco está en la prevención, la contención, el respeto y la protección integral. Pero, ¿qué puede hacer concretamente una empresa para apoyar emocionalmente a quien denuncia? ¿Qué medidas son adecuadas, respetuosas y sostenibles?

La denuncia: un momento crítico que no termina con la firma del formulario

Cuando una persona decide dar ese paso. Es posible que esté asustada, en shock, enojada, desconfiada o incluso sintiéndose culpable. Algunas personas llegan a dudar de su propia percepción o temen no ser tomadas en serio.

En ese momento, lo que haga la empresa importa. Mucho más de lo que parece.

Una respuesta fría o meramente técnica puede provocar más daño que la situación que motivó la denuncia. En cambio, una actitud humana, empática y comprometida puede marcar la diferencia.

¿Qué exige la Ley Karin al respecto?

La Ley Karin establece que, durante la investigación:

  • La empresa debe garantizar la protección de la persona denunciante.
  • Se deben adoptar medidas de resguardo eficaces, tales como cambios de lugar de trabajo, horarios o supervisión, si la situación lo amerita.
  • Se debe evitar cualquier tipo de represalia o aislamiento.
  • El proceso debe asegurar confidencialidad, respeto y no revictimización.

Pero, además, el espíritu de la ley invita a que las organizaciones asuman un rol más activo y sensible, entregando acompañamiento emocional real y profesional.

Tipos de apoyo emocional que puede ofrecer la empresa

A continuación, compartimos algunas medidas que las organizaciones pueden implementar para cumplir con este estándar y cuidar a quienes denuncian:

1. Apoyo psicológico profesional

Contratar u ofrecer convenios con psicólogos o psicólogas especializados/as en salud mental laboral, acoso y violencia.

  • Idealmente, fuera del entorno de la empresa, para resguardar la confianza.
  • Sin costo para la persona afectada.
  • Con seguimiento durante y después del proceso de investigación.

2. Espacios de escucha segura y confidencial

Disponer de espacios donde la persona pueda ser escuchada sin juicio ni presión. Esto puede incluir:

  • Un “canal de apoyo” emocional separado del canal de denuncias.
  • La designación de una persona de confianza capacitada en contención básica.
  • Instancias de acompañamiento durante la investigación si la persona lo desea.


Es clave que quien escuche no intente interpretar ni validar la denuncia, sino simplemente contener, derivar correctamente y respetar el proceso.

3. Medidas de resguardo informadas y dialogadas

Las medidas de protección no deben tomarse “desde arriba” sin consultar a la persona denunciante. A veces, una medida bien intencionada puede sentirse como castigo si no se comunica correctamente.

Por ejemplo: cambiar a la persona denunciante de área sin que lo haya solicitado puede interpretarse como un castigo o forma de ocultarla.

Siempre se debe preguntar y explicar: “¿Qué medidas te harían sentir más segura/o mientras dura este proceso?”.

4. Reducción temporal de carga laboral

Si la situación emocional lo amerita, la empresa puede:

  • Ofrecer permisos breves con goce de sueldo.
  • Reducir la jornada o flexibilidad horaria durante unos días.
  • Evitar asignar tareas complejas, sensibles o que expongan emocionalmente.

Estas acciones ayudan a reducir el estrés post-denuncia y a dar espacio a la recuperación emocional sin desconectarse del trabajo.

5. Garantía de no represalias y monitoreo de ambiente

Uno de los mayores temores de quienes denuncian es sufrir consecuencias laborales, sociales o personales. Por eso, la empresa debe:

  • Reforzar su política de tolerancia cero ante represalias.
  • Observar activamente el entorno del denunciante.
  • Intervenir si nota actitudes hostiles, rumores o exclusión.

Esto incluye cuidar los chats de equipo, los pasillos, los almuerzos, y no solo las reuniones formales.

6. Información clara y apoyo para entender el proceso

A veces, el mayor estrés viene de no saber qué pasará. Por eso, la empresa debe ofrecer:

  • Explicaciones claras sobre plazos, etapas y derechos.
  • Un punto de contacto interno para resolver dudas.
  • Acompañamiento si la persona debe declarar o entregar más antecedentes.

Sentirse orientada/o reduce la ansiedad y mejora la experiencia del proceso.

Cuidar emocionalmente a quien denuncia es parte del deber de proteger que tiene el empleador. No basta con investigar: hay que acompañar, contener y demostrar que hablar no genera daño, sino protección.

En ILIA Consultores, creemos que denunciar no debería doler más que ser víctima. Nuestra misión es ayudar a las organizaciones a desarrollar entornos que abracen a las personas cuando más lo necesitan.

Porque la confianza se construye también en los momentos difíciles. Y apoyar con humanidad es una inversión en cultura organizacional.